Mientras la seguridad ciudadana se desmorona, los barrios habaneros comienzan a documentar por su cuenta el aumento del delito. La Coronela, Santo Suárez, Santa...
De acuerdo con la policía, el modus operandi incluía esconder los eslabones en una caja colocada en un estante y reubicarla posteriormente para “reducir la visibilidad”.