Qatar destinó 4,5 millones de dólares al PNUD para rehabilitar la infraestructura energética en tres provincias cubanas, un apoyo que llega en medio de apagones, hospitales deteriorados y una dependencia creciente del Gobierno de La Habana de fondos internacionales. Aunque la ayuda busca restablecer servicios esenciales afectados por un huracán, la ausencia de reformas profundas mantiene intacta la fragilidad del sistema y alimenta dudas sobre el impacto real de estas intervenciones en la vida de la población.