La discusión es vieja, pero cada huracán la hace más cruel: cuando el calendario te recuerda que hay niños durmiendo sobre cemento, el purismo se vuelve un lujo en ambos lados del estrecho. Es un retorno al guion conocido: cuando la tragedia presiona, se invoca a la nación dispersa; cuando esa nación intenta actuar por su cuenta, se le recuerda que hay vías “correctas”. La urgencia y la verticalidad chocaron en el mismo camino de tierra, con el barro todavía fresco.
Mientras la Cruz Roja vietnamita presume de una campaña masiva, la presencia de Lis Cuesta Peraza en la gira asiática —con escala en Hanói— abrió un hilo paralelo de atención por sus gustos “fancy”. Medios digitales y cuentas de verificación de marcas identificaron accesorios y prendas de alto costo en varias apariciones: un teléfono plegable Samsung Galaxy Z Flip, gafas de sol de Dolce & Gabbana y relojes de firmas como Cartier o Aigner, señalados en notas y reseñas que circularon durante las paradas en Vietnam y China.