Visto en perspectiva, la trayectoria de Rosalía se sostiene sobre tres escenas que hoy circulan una y otra vez en redes: la adolescente descartada en un talent show, la joven que canta en las calles de Barcelona para sobrevivir y la veinteañera que escucha incrédula a un tarotista anunciarle que será una estrella. El resto es trabajo, estudio y riesgo artístico. Pero para quien quiera leer señales, su éxito, efectivamente, ya estaba escrito en las cartas.