Si algo enseñó su despedida es que DY no improvisa: cada movimiento está pensado para cuidar el legado y alinearlo con su fe. Así que sí, lo veremos; y no, todavía no hay señales firmes de que el “retiro” haya pasado a la historia. Lo que sí vuelve, aunque sea por unos minutos, es la sensación colectiva de estar frente a un hito de la música latina.