Lo “que pasó” —con lo que hoy puede afirmarse— es que una de las parejas más visibles de Hollywood se separó y abrió un proceso de divorcio con enfoque en la coparentalidad. No hay otro. Ni otra. No ha existido infelidad por parte de ninguno. El divorcio, ha sido amigable.
La partida de Sophie Nyweide ha generado conmoción en la comunidad artística y entre sus seguidores, recordando la fragilidad de la salud mental y la necesidad de apoyo continuo para quienes enfrentan desafíos emocionales.
Entre las dos estrellas, parece que no hay resentimientos a largo plazo, y ambas actrices continúan mostrando respeto y camaradería en el mundo del entretenimiento.
Será fascinante ver cómo se despliega esta historia de amor, traición y misterio, con Nicole Kidman en el timón, asegurando una vez más que el viaje será tan emocionante como el destino final.
