Con su muerte en Nueva York, Musmé deja atrás más que un legado performático: su figura revive la complejidad del transformismo en Cuba y su expresión sonora única, ahora inmortalizada en un disco que desafía la invisibilidad histórica. Ese LP es testimonio de una voz que resistió censuras, géneros y fronteras, y que continúa inspirando a artistas trans, performers y aficionados de la cultura queer y cubana.