El caso de Xiques-Abbadie sirve como recordatorio de que, en Florida, la suerte puede estar al doblar de la esquina… o en la caja del supermercado. Solo hace falta un boleto, una combinación ganadora y el valor para arriesgarse.
¿Habrá sido una de esas personas que lo perdió todo con el huracán Ian y a la que ahora Dios decidió "premiar" con el número de la lotería del Mega Millions?