Por ahora, ni Trump ni su equipo de campaña han hecho una declaración oficial. Pero mientras crecen las especulaciones, Diddy sigue encerrado en Brooklyn, sus abogados insisten en que no representa un peligro ni riesgo de fuga, y millones de seguidores —y detractores— observan con atención el destino de una de las figuras más poderosas del entretenimiento estadounidense.
un desfile de nombres de celebridades que, sin estar implicadas en delitos, han aparecido salpicadas en la narrativa judicial como parte del entorno del productor.