Aunque su historial no es nuevo —con episodios dorados de ira en su juventud—, esta vez la exposición pública de su vulnerabilidad emocional ha generado un debate sobre los límites del escrutinio mediático: ¿hasta qué punto puede un artista mostrar sus debilidades sin que eso sea interpretado como una crisis personal? Fanáticos y críticos se han dividido: unos aplauden su honestidad, otros advierten similitudes con crisis mediáticas previas de otras estrellas.