Más allá de los tiempos técnicos, la reincorporación de Cuba a la lista sería un fuerte mensaje político tanto para el régimen cubano como para los votantes en el sur de la Florida, donde reside una comunidad cubanoamericana que ha respaldado históricamente estas medidas. La combinación de Trump y Rubio en este esfuerzo probablemente buscaría reforzar su imagen como líderes decididos a enfrentar al régimen cubano, sin importar las críticas internacionales que puedan surgir.
Esta medida, que Biden justificó como parte de un acuerdo humanitario, está lejos de ser aceptada universalmente. Mientras unos celebran el gesto como un avance hacia la paz, otros lo condenan como una concesión peligrosa que socava la seguridad nacional de Estados Unidos.