Dos hombres de origen hispano fueron arrestados recientemente en el sur de la Florida en relación con episodios violentos en el ámbito doméstico. En ambos casos, se trata de situaciones separadas, pero con un denominador común: la agresión familiar. Uno de los arrestados es un oficial activo del Departamento del Sheriff de Broward (BSO).
El primer incidente tuvo lugar el sábado en el suroeste de Miami-Dade, donde un hombre identificado como Brice Martinez fue detenido tras un prolongado enfrentamiento con un equipo SWAT. Según el reporte del Miami-Dade Sheriff’s Office (MDSO), el sujeto se atrincheró en un apartamento ubicado en la cuadra 2000 de la Avenida 122 del suroeste, luego de que se reportara que había arrojado contra una pared a su hijo de cinco años.
El menor fue trasladado al HCA Florida Kendall Hospital con una laceración, aunque se encuentra en condición estable. Las autoridades confirmaron que Martínez habría agredido también a sus otros dos hijos, quienes fueron evaluados en el lugar y entregados posteriormente a su madre.
La resistencia del agresor a entregarse obligó a la intervención de equipos tácticos, que lanzaron al menos seis botes de gas lacrimógeno para lograr su captura. Vecinos del lugar, consternados, señalaron que se trata de una zona normalmente tranquila, lo que hizo aún más impactante el despliegue policial.
En otro hecho registrado en el condado de Broward, el oficial Michel Quiñones, de 40 años y miembro del Departamento del Sheriff de Broward (BSO), fue arrestado el viernes por su presunta participación en un incidente de violencia doméstica contra su pareja, la ciudadana Tiffany Sastre Carreras.
Durante la audiencia de fianza, la víctima declaró que los hechos no ocurrieron de la manera que fue presentada por la Fiscalía, e incluso manifestó no sentir miedo ni querer limitar el contacto con Quiñones.
Sin embargo, la jueza del caso ordenó una fianza de $5,000 dólares, así como supervisión pre-procesal estándar, prohibición de contacto dañino y la prohibición expresa de portar armas de fuego. El oficial, entonces, fue liberado.
Según la Fiscalía, Quiñones enfrenta cargos por robo súbito sin arma, manipulación de testigos y violencia en el noviazgo, luego de presuntamente arrebatarle el teléfono a su pareja tras una amenaza de llamar a la policía. A pesar de que la víctima negó que se tratara de un robo en sentido estricto, el fiscal indicó que se trató de un episodio violento y recomendó restringir el contacto.
Hasta el momento, la Oficina del Sheriff de Broward no ha emitido declaraciones sobre el estatus laboral de Quiñones, y medios locales han solicitado su informe de arresto.
Estos dos hechos no relacionados entre sí vuelven a poner sobre la mesa la gravedad de los casos de violencia intrafamiliar en el sur de la Florida, y en especial, el escrutinio público sobre aquellos que forman parte del sistema de justicia y seguridad.
Otros dos hispanos arrestados. Estos, por robar correspondencia.
A estos casos se suma ahora el arresto de otros dos hombres hispanos implicados en robos de correspondencia, quienes enfrentan cargos federales tras una investigación que involucra al Servicio de Alguaciles de EE.UU. y al Servicio Postal.
Fernando Bernabe Rodríguez, de 28 años, fue detenido esta semana y permanece bajo custodia sin derecho a fianza en la cárcel principal del condado de Broward, tras ser nombrado coacusado en una acusación federal. Las autoridades lo vinculan con Wilfredo Rivero, de 31 años, quien ya había sido arrestado a finales de mayo por su participación en una serie de robos de buzones en un complejo de apartamentos de Sunrise, ubicado en el 9010 de Sunrise Lakes Blvd.
Ambos fueron captados por cámaras de seguridad utilizando barras metálicas para forzar los buzones. Uno de ellos, según los videos ampliamente difundidos por las autoridades, fue visto metiéndose cartas en la camisa y los pantalones. Rivero habría confesado posteriormente su implicación a un informante.
Mientras Rodríguez enfrenta juicio federal en detención preventiva, Rivero fue liberado bajo una fianza de $75,000 dólares, con orden de portar un monitor GPS y entregar su pasaporte. Vive apenas a una milla del lugar de los hechos.
Aunque este último caso no involucra violencia doméstica, sí muestra otro tipo de conducta delictiva protagonizada por ciudadanos hispanos que ha captado la atención de los medios y las autoridades federales en el sur de la Florida.
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